Capítulo 4: El
salvador.
Al siguiente día, Jaejoong despertó algo incómodo, él casi
nunca recordaba sus sueños, pero estaba seguro que había soñado con su vecino, por
lo que se alegró de no poder recordarlo, así que hizo todo lo posible por no
encontrarse con él y se dedicó a ayudar a su abuela en todo lo que necesitara.
Se mantuvo ocupado toda la mañana y gran parte de la tarde, finalmente cuando
ya estaba anocheciendo le dijo a su abuela que como era domingo, tenían que
descansar y holgazanear, por lo que se dedicaron el resto de la tarde a ver
películas.
*
Changmin no había dormido muy bien, le costó conciliar el
sueño, y se despertó un par de veces en la noche, hace tiempo que no le pasaba.
Solía ocurrirle cuando estaba con muchas preocupaciones. Cansado, se levantó
más temprano que de costumbre un domingo, pero no quería quedarse en cama, vió
que Junsu seguía durmiendo, así que se levantó lo más despacio posible para no
despertarlo.
El día siguió con la rutina de un domingo y cuando terminó
las tareas cotidianas, quiso enfocarse en el trabajo, todavía tenía que diseñar
una estrategia para convencer a la marca importante que los quería contratar.
Mientras cenaban, Junsu lo sorprendió con una pregunta.
-Sabes, también me gustaría hacer una cena para Jaejoong
¿Qué te parece?
Como lo pilló desprevenido, Changmin se atoró con lo que
estaba comiendo y entre su tos le dijo que no estaba muy seguro.
-¿Por qué? -Preguntó Junsu entre curioso y sorprendido.
-Pues porque, porque... -Changmin no sabía que decir, así
que dijo lo primero que se le vino a la cabeza. –Porque es mucho trabajo
preparar una cena, además no haremos algo tan rico como lo que hicieron ellos.
-Ehh, yo también cocino rico. -Dijo Junsu haciéndose el
ofendido, pero en el fondo estaba de acuerdo con Changmin, en que no haría algo
tan bueno, pero él tenía sus trucos también.
-No quise decir eso, sabes que me encanta lo que haces. -Con
un suspiro, aceptó su derrota.
-Está bien, si quieres hacer una cena yo también puedo
ayudar. -Dijo finalmente Changmin sabiendo que de nuevo no podía hacer nada
para evitar a ese hombre, que le provocaba tantas emociones desconocidas.
*
El lunes llegó y con eso otro día laboral, dónde Changmin tenía
que solucionar los problemas que tenían en su agencia, para encontrar el rostro
de la famosa campaña, que los tenía a todos muy ocupados y preocupados a la
vez, ya que era una gran oportunidad para crecer.
Antes de instalarse con Junsu en su antiguo hogar, comenzó a
buscar un lugar dónde trabajar. Con sus estudios en economía, administración y
su experiencia, pensó que no sería tan difícil encontrar trabajo en alguna empresa local o en unas de
las sucursales de grandes compañías que se habían instalado hace un tiempo en su
pequeña ciudad natal. Pero se encontró con una situación totalmente distinta, empresas
cuyas sucursales se encontraban cerradas, algunas se habían trasladado a otras
regiones más prósperas o simplemente con empresas que ya no necesitaban más
personal.
Cuando ya estaba perdiendo toda esperanza, se encontró con
un amigo de la secundaria, habían perdido el contacto porque ambos se mudaron,
pero en su época escolar se llevaban muy bien. Su amigo le contó de un proyecto
que consistía en crear su propia agencia de publicidad, Changmin no estaba muy
al tanto de este campo, pero con sus conocimientos, su amigo estaba seguro de
que sería de mucha ayuda, de esa forma lo convenció de trabajar con él.
Comenzaron prácticamente de cero, arrendando primero una
oficina, que con el tiempo se convirtió en todo el piso del edificio, para
Changmin fue muy gratificante descubrir que le gustaba mucho ese campo, por lo
que en un corto plazo lograron crear una empresa sólida, con un moderado
reconocimiento local.
Una mañana aparecieron dos hombres encargados de una marca
de perfumes para mujeres, reconocida a nivel nacional, contándoles que
pretendían lanzar una línea de perfumes para hombres y tenían recomendaciones
acerca de su trabajo, por lo tanto querían contratarlos. Era una gran
oportunidad, ya que seguramente eso sería un trampolín definitivo y podrían
establecerse como una empresa competitiva a nivel nacional.
Pero en cuanto vieron a Changmin, quedaron impresionados por
su apariencia y sobre todo a uno de ellos le pareció el modelo ideal para
liderar la campaña, ante esto Changmin solo se pudo reír creyendo que era una
broma, él nunca se había esmerado en lucir bien, pero sabía que no era alguien
común, ya se lo habían dicho muchas veces desde que era un adolescente, pero lo
que tenía de atractivo y varonil lo tenía de tímido e introvertido, así que él
no era una opción para ese tipo de trabajo, trató de explicarles que él no
podía hacerlo, que contratarían un modelo profesional de su gusto.
Después de convencerlos con mucho esfuerzo, se pusieron a
trabajar de lleno en la campaña, pero lo primero era encontrar al modelo que
convenciera a los clientes que parecían muy exigentes, así que comenzaron un
casting, que hasta el momento no había dado buenos resultados. Cuando tuvieron
dos opciones, que les parecieron fuertes candidatos, enviaron las fotos, pero
fueron rechazados.
Mientras su amigo intentaba convencerlo a él de que aceptara
modelar, ya que faltaban pocos días para que el plazo que les habían dado
acabara y estaban sin ideas por el momento. Changmin quería intentar con otros
modelos que se presentaron y estaba tratando de contactarlos, fue cuando se dió
cuenta que había dejado su teléfono móvil en casa y por enésima vez quiso
golpear su cabeza en el escritorio.
*
Junsu despertó tarde y quiso seguir un rato más en cama,
cuando Changmin trabajaba, él intentaba hacer las cosas que podía por sí mismo,
al principio le costó mucho pero ya estaba acostumbrado, de hecho le decía a
Changmin que los fines de semana no era necesario que lo ayudará en todo, pero
su amable novio lo hacía callar y como siempre se encargaba de facilitarle las
cosas.
Cuando notó el móvil de Changmin en la mesa de la cocina, ya
eran las once de la mañana. Se asustó porque sabía que era indispensable para
su trabajo, por lo que tenía que hacérselo llegar. Odiaba molestar a su vecina
pero era una emergencia y estaba seguro que ella lo ayudaría siempre que
pudiera. Cuando llamó le contestó su nieto.
-Hola, Jaejoong perdón que te moleste, pero estará la
abuela.
-Hola Junsu, no me molestas, pero la Abue en estos momentos
está ocupada, pero dime si yo te puedo ayudar en algo. -Dijo Jaejoong
amablemente.
-Me da mucha vergüenza pedirte esto, pero como es una
emergencia…
-No te preocupes Junsu, mientras pueda ayudarte lo haré,
dime. -Dijo Jaejoong algo preocupado, ¿qué emergencia sería?
-Verás, a Changmin se le quedó el móvil en casa y no sé cómo
hacérselo llegar, ¿podrías hacerme ese favor?
Jaejoong lo que menos quería, al menos por los próximos cien
años, era ver a Changmin, pero no podía decirle que no a Junsu, por lo que sin
más remedio aceptó.
-Muchas gracias Jaejoong te debo una. -Le dijo Junsu muy
agradecido.
*
Después de todas las indicaciones qué le dió Junsu, no fue
difícil encontrar el lugar de trabajo del hombre de sus pesadillas, porque
estaba seguro que lo que soñaba con él, eran malos sueños. Esa mañana de nuevo
se despertó con la sensación de haber soñado con él, no sabía porque y no
quería analizarlo tampoco.
Cada vez más nervioso, le preguntó a una secretaria del
edificio dónde podía encontrar a Changmin, le dieron las indicaciones y se
acercó a la oficina. Como el escritorio de la secretaria del piso, estaba
vacío, Jaejoong se atrevió a tocar a la puerta que tenía el nombre de su
vecino.
Cuando Changmin sintió el toque en la puerta, estaba de
espaldas a esta, mirando por el ventanal de su oficina, pensando que era su
secretaria le dijo que pasara, y en cuanto sintió los pasos acercarse a su
escritorio dió la vuelta, pero no estaba preparado para lo que vió, ¿es que
acaso ya estaba alucinando y veía a Jaejoong hasta en su trabajo?, por lo que
solo pudo decir.
-¿Qué haces aquí?
Jaejoong ya acostumbrado a los malos modales y mal humor del
hombre, contestó lo más rápido que pudo.
-Yo no quería venir, pero Junsu me lo pidió y no pude
decirle que no, porque él a diferencia de ti, es muy simpático y amable, así
que, como al parecer eres además de gruñón, un despistado, dejaste tu móvil y
te lo traje. -Dijo esto sin respirar, dejando el aparato en el escritorio y continuó.
-Eso es todo y antes de que comiences a gritar, me voy.
Cuando se iba a dar la vuelta para marcharse, la puerta se
abre rápidamente y entra un hombre muy nervioso, diciendo algo de que unos
encargados de la marca, habían llegado de sorpresa y no sabía que decirles.
Pero en cuanto el nervioso hombre lo vió, se quedó
paralizado y comenzó a surgir lentamente una gran sonrisa en su rostro.
-Lo encontraste Changmin, es perfecto. -Dijo el extraño
hombre cada vez más feliz. Lo comenzó a mirar de arriba abajo y antes de que se
diera cuenta, lo agarró de la muñeca y lo comenzó a arrastrar afuera de la
oficina. Jaejoong no sabía que estaba pasando y Changmin tampoco, pero alcanzó
a reaccionar y antes de que lo sacara, tomó la muñeca libre de su vecino y le
preguntó asombrado a su amigo.
-¿Qué estás haciendo Yoochun?
-Te cuento en el camino, vamos rápido.
Changmin de nuevo soltó a Jaejoong como si le quemara el
contacto y comenzó a seguir a su amigo, quien sin demora continúo “arrastrando”
a Jaejoong, quien sabe a dónde.
-Llegaron los representantes de la marca, al parecer ya
quieren firmar y empezar cuanto antes la campaña, y querían saber si ya
teníamos al modelo, porque no pueden esperar más, así que los llevé a la sala
de reuniones y vine corriendo a buscarte, pero no sabía, que como siempre, ya
lo tenías todo solucionado, nunca debí dudar de ti. -Dijo todo esto muy rápido,
sin detenerse hasta llegar a la puerta de la sala de reuniones.
Antes de que Changmin o Jaejoong pudieran decir algo,
Yoochun abrió la puerta y entraron los tres. Sin preámbulos Yoochun hizo las
presentaciones y con orgullo anunció a quien sería el modelo sin lugar a dudas
de la nueva campaña publicitaria, estaba completamente seguro, el hombre era
perfecto, si bien no tenía el estilo de Changmin, su apariencia era más
adecuada para el producto, él siendo un publicista por muchos años pudo verlo
de inmediato y estaba encantado.
Como era de esperar, los encargados también pensaron lo
mismo, y quedaron más que satisfechos con el nuevo rostro de la campaña.
Jaejoong no entendía nada, pero logró contestar y sonreír cuando le preguntaron
su nombre.
Una vez establecieron los plazos para iniciar la campaña,
más los detalles de las firmas para sellar completamente la relación de
negocios, los encargados se despidieron, retirándose contentos y completamente
satisfechos. Cuando finalmente se quedaron los tres jóvenes en la habitación,
el primero en hablar fue Jaejoong.
-No sé cómo decir esto, pero yo no soy modelo. -Dijo,
mirando con un poco de pena al hombre llamado Yoochun, ya que realmente parecía
muy feliz de haber encontrado un modelo.
-¿Qué quieres decir? -Dijo éste, aún con la sonrisa en su
rostro.
Esta vez se le adelantó Changmin. –Yoochun, él no es un
modelo, es el nieto de mi vecina, está de vacaciones y vino a dejarme el móvil que se me
quedó en casa.
-No puede ser. -Dijo Yoochun que comenzó a procesar lo que
acababa de oír. –Pero, pero… ¿Puedes
hacerlo, verdad?
-No tengo idea de modelaje, además tengo que volver a mi
trabajo en dos semanas, estas son mis únicas vacaciones del año, de verdad lo
siento mucho por no decirlo antes, es que no tuve oportunidad. -Dijo Jaejoong,
cada vez más apenado.
-Lo siento, no te lo dijimos antes porque fue todo tan
rápido, ya encontraremos a un modelo, te lo prometo. -Dijo Changmin, que vió a
Yoochun cada vez más pálido.
-¿Realmente crees que vamos a encontrar a alguien como él? -Preguntó,
señalando a Jaejoong.
Changmin lo miró nuevamente y pensó que por supuesto no
encontrarían a nadie como él, a pesar de ir simplemente vestido, con unos jeans
y una camiseta clara, parecía completamente salido de una revista de moda, desde
su cabello que lucía tan suave que daban ganas de pasar los dedos entre ellos,
esos ojos grandes y expresivos, esa piel tan lisa y sin imperfecciones, esos
labios que parecieran pedir que los besaras y ese cuerpo, Changmin tuvo que
apartar su mirada, el hombre era una tentación y con dificultad se enfocó
nuevamente en Yoochun.
-No, tienes razón, no encontraremos a nadie como él. -Dijo
finalmente con resignación.
Jaejoong por su parte, sintió su rostro arder, ¿acaso su
vecino ogro lo había halagado indirectamente?, además ante la mirada de
Changmin de inmediato se sintió expuesto,
pero era muy extraño, porque desde que llegó a ese lugar, sintió las miradas de
todos con los que se había encontrado, pero con su vecino se sintió diferente, como
si estuviera desnudo, pensó que era por culpa de esa mirada tan intensa que
poseía el hombre.
Se asustó cuando de repente Yoochun tomó sus manos entre las
suyas.
-¿Aceptarías hacerlo si logramos terminar la campaña en dos
semanas? –Le preguntó con una expresión tan seria y llena de esperanza, que
Jaejoong no sabía que contestar.
-Yoochun, pero eso es imposible. -Dijo Changmin, sorprendido
por lo desesperado que estaba su amigo y lo entendía, pero también pensaba que
no le gustaría tener a ese hombre que lo perturbaba tanto, no solo cerca en su casa,
sino también en su trabajo.
-Claro que se puede, estoy dispuesto a hacer lo imposible
para lograrlo, por favor Jaejoong te lo pido, no sabes lo importante que es
esta campaña para nosotros, te lo ruego. -Dijo Yoochun con mucha emoción en su
voz y rostro. Cuando estaba a punto de arrodillarse, Jaejoong lo detuvo y no
tuvo más opción que decir.
-No, detente, está bien, acepto, acepto. -Dijo rápidamente,
evitando que Yoochun fuera más lejos.
Este último sintió que la vida regresaba a su cuerpo y se
lanzó a abrazar a Jaejoong con todas sus fuerzas. Jaejoong se contagió de la
felicidad del joven publicista, así que tuvo que abrazarlo también con una
sonrisa en su rostro.
Mientras su amigo estrujaba a Jaejoong entre sus brazos,
Changmin no pudo evitar sonreír, pero también tuvo un extraño sentimiento de
envidia, él quería abrazarlo también, porque estaba agradecido igual que su
amigo, pero además quería ¿tocarlo?, de nuevo se asustó de sus pensamientos con
respecto al joven vecino.
No se dió cuenta cuando Yoochun soltó a Jaejoong y le dijo
algo que no alcanzó a entender, mientras salía de la sala, dejándolos solos. Se
miraron a los ojos y ambos lucharon para no desviar sus miradas, estaban
avergonzados y no sabían que decir, finalmente Jaejoong miró al piso y Changmin
al techo, cada uno estaba tan concentrado en sus propias emociones, que no
podían ver las del otro, pero este último se armó de valor, ya que tenía que
agradecerle por ayudarlos.
-Gracias por aceptar, no tenías que hacerlo. -Dijo Changmin,
tratando de sonar amable y agradecido, por lo que no entendió, que lo que
saliera de su boca sonará tan seco y extremadamente serio, no lograba
comprender porque se comportaba tan extraño ante Jaejoong.
Por un momento pensó que Changmin le diría algo lindo, ya
que había percibido cierta gratitud y vió una leve sonrisa cuando Yoochun lo
estaba abrazando, pero seguramente lo imaginó, así que al escuchar ese agradecimiento,
tan propio de él, no tuvo reparo en actuar del mismo modo.
-Pues no lo hice por ti, tú amigo a diferencia tuya, fue muy
amable, no podía rechazarlo, así que no tienes nada que agradecer.
Dicho esto, dejó al hombre en silencio y se dirigió rápidamente
a la salida. Changmin sabía que se merecía ese trato, pero eso no evitó que se
sintiera extraño, no quería que su vecino, ahora modelo de la campaña de sus
vidas, lo tratara así. Con esta extraña sensación en su vientre se dirigió a su
oficina para preparar los documentos que iban a necesitar, y con la idea de
olvidarse del hombre aunque sea por un momento.
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