Afire Love. Capítulo 5

sábado, 4 de marzo de 2017

Rumores y verdades.

A Changmin quien lo tiene que ayudar a llegar a su casa, es obviamente su amigo Junsu. No le hace ninguna gracia y por un segundo quiso dejarlo tirado en el bar, pero cómo el buen amigo que es y pensando que esto se lo iba a cobrar, con mucho esfuerzo lo lleva a su auto. Él no bebe así que perfectamente puede manejar.

Fue más difícil lograr que entrara a su departamento, porque a esas alturas Changmin cooperaba muy poco, pero con un triple esfuerzo logra dejarlo en su sofá. Ya no podía más, así que no puede dejarlo en su cama. Pasando su mano por su frente logra secar su sudor y se queda observando a su amigo, quien balbuceaba algo inentendible.

Sabía porque se había puesto así o más bien se lo imaginaba, pero el caso es que su problema tenía un nombre, y cada vez sabía menos como ayudarlo. Con un suspiro va a buscar una manta al cuarto de Changmin y lo lleva a la sala para cubrirlo con esta. Se preocupa de dejarlo de lado y decide quedarse a acompañarlo, aunque está seguro que cuando se despierte con su horrible resaca lo echara a patadas de su casa.

*

Después de soltarlo lentamente, Hyuk se da cuenta que Jaejoong no movió un músculo, se había quedado paralizado desde que lo abrazó.
-Yo… creo que voy a… -Le dice Jaejoong antes de voltear y devolver lo poco que comió en la cena.
Hyuk se apresura a ayudarlo, frotándole la espalda y diciéndole unas palabras de ánimo y cuando está seguro de que termina lo guía hasta el lado de copiloto de su auto. Jaejoong no dice nada y se deja llevar sin reclamos.

Huyk sabía que algo le sucedía a Jaejoong, pero el estado de su relación, era bastante indefinida. No eran amigos, porque Jaejoong no lo quiso, tampoco eran colegas, ya que no se dedicaban a lo mismo. Y se veían muy poco en la oficina. Para su pesar eran simples ex, que por trabajar en el mismo lugar físico se veían de vez en cuando. No sabía que le sucedía y tampoco se atrevía a preguntar y estaba seguro de que si lo hiciera, Jaejoong no se lo diría.

Cuando llegan a la casa de Jaejoong, se da cuenta que éste con dificultad sale del auto y comienza a dirigirse a su casa, de nuevo sin decir palabra alguna y Hyuk se apresura en intentar ayudarlo, pero ve bastante impresionado como Jaejoong a pesar de la condición en la que se encuentra, saca las llaves de su chaqueta y la coloca en la cerradura para luego entrar y cuando creía que iba a cerrar la puerta escucha un “gracias” en voz baja, antes de que ahora sí, la puerta se cerrara.

*

-¿De verdad?, ¿por qué? –Pregunta Jaejoong curioso.

-¿Por qué… qué? –Le pregunta ahora Hyuk, no entendiendo lo que pregunta Jaejoong.

-¿Por qué lo hacen separados?

-¿No es obvio?

-No.

-Ya sé que tú tienes esas ideas de que todos somos iguales, pero aquí es diferente.
Jaejoong se sorprende al escuchar eso, a veces no sabe cómo estuvo enamorado de ese hombre.

-¿Ideas?

-Ya sabes de lo que hablo, tus ideas de igualdad y esas tonterías.

-¿Sabes que nadie es mejor que otro, porque tiene más estudios o porque tuvo la suerte de nacer en una familia con dinero, cierto?

Hyuk se quedó callado. Y Jaejoong no sabe cómo se es tan ciego cuando se es joven. Es la única razón que explica porque se casó con un hombre como él.

-Las cosas son así, el viaje para los ejecutivos y jefes son en un hotel de un lugar que escoge por lo general el gerente o sea tú y el resto de los empleados se preparan un paseo por un lugar más económico y que ellos mismos se organizan, creo que arriendan cabañas y esas cosas que hacen ellos
.
-“Esas cosas que hacen ellos”, lo dices como si fueras el rey y el resto los plebeyos.
-No quise decir…

-Ya basta, no quiero escucharte más. Creo que se han perdido una excelente oportunidad de conocerse más entre todos. Para esto son los paseos en las empresas, para conocerse y compartir entre todos, para afianzar las relaciones y también para divertirse sin etiquetas y barreras.

-Sí, suena perfecto en tu mundo ideal.

Jaejoong decidió ignorar la burla en las palabras de su ex.

-Pero tienes que hacerlo como se ha hecho por años, algo que tú padre siempre hizo.

-Mi padre es un dinosaurio.

-Wow, no sabía que se llevaran mal.

-Claro que no, es sólo que pensamos muy diferente.

-Lo sé, pero también tienes que tener en cuenta que el resto también lo hace cómo tu padre, ¿crees que los ejecutivos que llevan tantos años cómo los llevaba tu padre, les gustara tu idea y sin reclamos se mezclarán con los empleados?

-No, pero…

-Jae, tienes que tener cuidado, ya he escuchado algunas cosas acerca de ciertas medidas que quieres implementar. Tu visión no está siendo bien vista por algunos. Creen que eres demasiado…

-Ya lo sé, no soy tonto. Lo supe desde el principio y se lo dije a mi padre. Le dije que si me ponía al mando tenía que ser bajo mis condiciones y estuvo de acuerdo.

-Oh, no lo sabía.

-No tenías por qué saberlo.

-Tienes razón. –Le dijo Huyk algo herido. Él ya no formaba parte de la vida de Jaejoong y éste no dudaba en recordárselo.

-Me advirtió que me encontraría con una fuerte oposición y que él no haría nada por ayudarme.
Huyk pensó que eso sonaba como algo que diría su ex suegro.

-¿Sólo has escuchado ese tipo de rumores? –Pregunta de pronto Jaejoong.

-Sí, ¿por qué?

-No, por nada… -Jaejoong no le quiso contar. Quizás aún no eran tan fuertes los rumores para desprestigiarlo y se tranquilizó un poco. Quizás aún podía hacer algo para detenerlos, pensó con un optimismo que no sabía de donde sacaba.

-Jae, toma esto como un consejo amistoso, no puedes llegar e intentar cambiar cosas que se han hecho así por siempre, no puedes desordenar todo e ir en contra de gente con muchas más experiencia y más capacitada que tú. Tienes que establecer tus límites.

Hyuk lo dejó solo en su oficina, después de decirle esas palabras.

-Ya lo veremos. –Dice Jaejoong con un especial brillo en sus ojos y en voz alta, para acto seguido llamar a su secretaria.

Jaejoong ya había identificado los puntos débiles de la empresa tanto en organización, en recursos humanos,  en administración y en ejecución. Había estudiado en detalle las metas y los desafíos, el presupuesto y también las cosas técnicas como por ejemplo el soporte computacional. Tenía todo analizado hasta en su más mínimo detalle. Su plan era tan ambicioso como polémico y aunque aún no lo ha presentado en su totalidad, los principales interesados o quizás perjudicados de alguna u otra manera, ya querían detenerlo.

Era cierto que su visión de las cosas era algo idealista y siempre tuvo problemas por esto, pero sabía que con un poco de voluntad las cosas podían mejorar. A él le parecía inconcebible argumentos como el que acaba de escuchar, “Es que las cosas siempre se han hecho así”. Para él si algo se estaba haciendo mal o deficiente y se podía hacer de otra forma mejor, haciendo cambios importantes, él no retrocedería y lo haría sin chistar. Sobre todo si encontraba cosas que bordeaban lo ilegal.

Antes de asumir se lo dijo a su padre y éste lo aceptó. Fue algo inesperado, pensaba que su padre no se lo permitiría, pero una vez más lo sorprendió. Su padre en ocasiones era un misterio para él.
Ahora iba a hacer algo que quizás le traería problemas innecesarios. Después de todo era un simple paseo. Pero quería molestar un poco más, sobre todo después de escuchar que habían esparcido rumores infundados sobre él. Habían iniciado una campaña sucia y no se quedaría de brazos cruzados. Él se quería tomar una pequeña revancha. Pensó con una sonrisa.

Además en un rincón de su cerebro apareció el rostro de cierto empleado que le gustaría ver una vez más, en un lugar que no fuera la empresa. Claro que pronto intentó borrar ese pensamiento, que antes de ser borrado fue interrumpido por la secretaria que entró a su oficina.
Y con una sonrisa le da algunas instrucciones.

*

Changmin intentó contagiarse con la alegría del viaje que se preparaba todos los fines de año. Pero falló, no le entusiasmaba lo más mínimo. Aunque de todas formas iba a ir, porque Junsu por ningún motivo le dejaría faltar. Así que ahora se encontraba en camino al lugar del encuentro.

Como todos los años, él se movilizaba por su cuenta para llegar al lugar. Este año el sitio escogido fue una playa cercana a Busan. Cómo la distancia no era muy larga decidió abordar el tren. Se quedarían el fin de semana en unas cabañas que arrendaron a unos lugareños. Ya habían visitado ese sitio hace algunos años, pero solo los empleados más antiguos habían ido y no pusieron objeción cuando se les dijo que había sido el lugar escogido, al contrario a todos les pareció una gran idea, ya que habían disfrutado mucho del lugar en aquella ocasión. En total eran 20 empleados, el resto por diversas razones no pudo ir, pero ese era la cantidad aproximada que siempre asistía a este tipo de actividades.

Después del tren tuvo que abordar un autobús y cuando finalmente llegó ya se encontraban unos cuantos reunidos en la entrada de las cabañas. A Changmin le pareció un hermoso lugar a simple vista y ya estaba con muchas ganas de recorrer el lugar. No se había dado cuenta que Junsu ya había llegado y éste con su risa característica lo saluda con una palmada en la espalda asustándolo y provocando que saltara en el lugar. Esto no sólo causó la risa del bromista de su amigo sino que también del resto que se encontraba ahí.

-No es chistoso. –Le dice entre dientes Changmin.

Pero esto sólo causó que su amigo riera más fuerte. Changmin resignado lo mira con ojos amenazantes que no surten ningún efecto. Pero sus deseos asesinos son interrumpidos por el ruido de un motor. Todos voltearon con curiosidad a ver quién era, ya que por lo general ninguno iba a esta clase de paseos en auto y menos en uno como ese, era muy moderno y lujoso.

Changmin creyó por un segundo que estaba alucinando, por lo que entornó muchos los ojos para cerciorarse de que estaba viendo correctamente.

Un hombre muy guapo y muy parecido al nuevo jefe de todos en ese lugar, se bajó lentamente del automóvil. Parecía salido de un comercial pensó Changmin anonadado. No era el único por cierto, todos los demás estaban igual de perplejos. Jamás en todo el tiempo vieron al jefe de los jefes asistir a un paseo con ellos. La plana ejecutiva tenía sus propias reuniones en hoteles y quien sabe con qué otros lujos que ninguno se atrevía siquiera imaginar.

Cuando se les acercó, ya la mayoría había despertado del trance, pero Changmin seguía con la misma expresión, que cambió cuando Junsu le dio un leve codazo en el estómago.

-Hola, ¿cómo están? –Los saludó Jaejoong animadamente.

El primero en reaccionar fue Junsu, quien con una inclinación de noventa grados saluda. Rápidamente el resto hace lo mismo, incluido Changmin.

-No-no es necesaria la formalidad. –Les dice Jaejoong con una sonrisa, igual haciendo lo mismo saludando con una inclinación. –Se preguntaran que hago aquí, así que se los diré inmediatamente. -Continuó con una sonrisa aún más amplia, mirándolos a todos o a casi todos, ya que siempre evitaba mirar a cierto empleado.

-Cómo soy nuevo en esto, creí que todos los trabajadores de la empresa asistían a la misma reunión por lo que cité a todos a este lugar. Después me dijeron que extrañamente se hacía por separado, lo cual creo innecesario. Deberíamos todos tener un momento de diversión y conocernos más. –Lo dijo con su característica forma de dirigirse cuando exponía algo y que habría causado el efecto deseado, sino fuera porque a todos les parecía demasiado extraña la situación.

-Eso quiere decir, ¿qué vendrán los otros jefes? –Preguntó un empleado.

-Sí, claro. –Le contesta Jaejoong sin perder la sonrisa.

Las reacciones fueron variadas, pero todos intentaron disimularla en frente de Jaejoong, quien se disculpó por un momento para ir a estacionarse.

-No puede ser.

-¿Tendremos que ver a los jefes incluso aquí?

-Pero lo hizo con buena intención.

-Pero…

Siguieron murmurando hasta que llegó el administrador de las cabañas para hacer entrega de las llaves y darles ciertas instrucciones.

El único que continuaba sin reaccionar era Changmin, pero como siempre Junsu lo volvió a la realidad, de nuevo con un leve codazo en el estómago.

-Deja de hacer eso. –Le reclama Changmin.

-Es la única forma de que despiertes.

-Estoy despierto.

-Seguro. –Le dice Junsu con una sonrisa torcida que borra de inmediato al ver la cara de preocupación de su amigo. –No te preocupes, no estarás solo con él. Esto es cómo en la empresa, no tienes que verlo.

-Lo sé, voy a estar bien, no te preocupes por mí. -Le dice Changmin con una sonrisa de agradecimiento.

-Aunque todo esto es muy extraño, ¿no te parece?
-¿Qué quieres decir?

-Que a pesar de ser nuevo, alguien le tiene que haber dicho como se hacen las cosas con respecto a los viajes del personal.

-¿Qué insinúas?, ¿qué lo hizo a propósito?

-Puede ser. –Le dijo Junsu pensativo. El problema era la razón por la que lo hizo. ¿Será su amigo la causa de que el jefe cometiera esta equivocación? Se voltea a mirarlo por un momento mientras se dirigen a sus cabañas asignadas. Se ve muy perdido en sus pensamientos.

Recuerda esa reunión que tuvieron hace unas semanas los tres y podría jurar que el señor Kim estaba igual que su amigo. El problema eran los rumores que había estado escuchando hace unos días. No quería decirle a Changmin porque no sabía cómo iba a reaccionar. Con un suspiro deja de mirarlo y decide no hacer nada por el momento y ayudarlo a que no tenga que encontrarse con el hombre que lo perturba tanto.

*

Jaejoong había arreglado todo a través de su secretaria, por lo que cuando llegó tenían preparadas cabañas para él y los demás ejecutivos que confirmaron la asistencia, en total eran unos diez. Ninguno preguntó mayores detalles del viaje, por lo que todos supusieron que sería en algún hotel lujoso como todos los años. Por eso cuando comenzaron a llegar quedaron sorprendidos por el lugar. Rústico fueron las palabras de uno y en palabras de otro la palabra usada para definir el lugar, fue pintoresco. Pero quedaron verdaderamente impactados cuando se enteraron que estaban con los trabajadores de la empresa y fue en ese momento en que comenzaron a irse.

Algunos solo lo miraron fríamente y se fueron, pero otros le advirtieron que se lo dirían a su padre. Jaejoong se hubiera reído por lo infantil que sonaba esa amenaza, si no fuera porque esto no era lo que había planeado. Quiso molestarlos, era verdad, pero también deseaba que en serio compartieran con los demás trabajadores de la empresa.

Él único que se queda es Hyuk y Jaejoong sabe perfectamente que no es porque le pareciera una buena idea lo de compartir con los demás empleados. La única razón por la que el otro hombre estaba ahí, era él y eso lo hacía sentir peor, si eso era posible en estos momentos.

Con un suspiro observa como el otro hombre intenta mover sus maletas. Con dificultad las saca del maletero del auto y al dejarlas en el suelo mira para todos lados para ver si alguien lo va a ayudar a entrarlas. Como nadie apareció comenzó a moverlas como pudo. Parecía un pez fuera del agua y Jaejoong se hubiera reído si no se sintiera tan desanimado.

Quizás ese hombre tenía razón, pensaba mientras lo veía luchar con esas simples maletas que además tenían ruedas. Ciertas cosas no se pueden cambiar, menos cuando no existe la voluntad. Es algo obvio, pero para Jaejoong las cosas nunca lo son. Él siempre ha querido realizar cambios y salir de lo estructurado que son las cosas sobre todo en un mundo como el suyo. Con otro suspiro decide ayudar al perdido hombre y lo ayuda a acarrear sus maletas para que por fin las pueda meter a su cabaña asignada.

*

-¿Así que todos se fueron?

-Todos, bueno, excepto por el gerente, creo.

-¿Pero por qué?

-Cómo preguntas eso, es obvio que no quieren contagiarse de nuestras enfermedades.

Esto causó la risa de todos en la mesa. Se encontraban todos los empleados reunidos bebiendo algunas copas. Ya habían cenado y decidieron continuar la reunión que estaba resultando muy agradable. Estaban conversando acerca del fracaso del paseo organizado por el gerente.

Changmin no participaba en la conversación, porque no estaba interesado en estar ahí, pero Junsu no lo había dejado solo en ningún momento y prácticamente lo obligó a que lo acompañara. Pero fue suficiente escuchar un nombre para que su atención estuviera ahora dirigida completamente a la conversación.

-Qué decepción, él parece tan amable.

-Pero no sabemos si lo que se dice es verdad.

-Pero todo vimos las marcas.

-No todos.

-Bueno, algunos de nosotros.

-No lo sé…

La conversación continuó así hasta que Jonghyun interrumpió. Era conocido por ser uno de los principales chismosos del lugar -trabajaba en el departamento de ventas- y con su característico tono que pretendía dejar a todos curiosos dijo.

-Pero apuesto que no saben lo último.

Por supuesto que todos cayeron y comenzaron a preguntar y éste con un gesto de la mano les indicó que lo dejaran hablar.

-¿Recuerdan al asistente del señor Park?

Se escucharon sólo respuestas afirmativas, aunque algunos no lo recordaran en realidad.
-Entonces tienen que recordar que se fue inesperadamente y nadie supo que pasó, simplemente dejó de venir a trabajar y después se dijo que se había tenido que ir por otra oferta de trabajo.
De nuevo se escucharon las mismas respuestas afirmativas y pronto todos se callaron para que el otro hombre siguiera con su relato.

Mientras Changmin cada vez apretaba más fuerte sus puños. Sus nudillos ya estaban blancos y si esto continuaba estaba seguro que pronto lanzaría uno al estúpido de Jonghyun. Junsu lo miraba con preocupación pero no podía evitar querer escuchar todo, esto último no lo sabía y para su pesar estaba muy interesado.
-Pues dicen que la verdad fue que lo despidieron y adivinen la razón.

Esta vez nadie dijo nada y expectantes esperaron que el otro hombre continuara.

-Pues es lo que están imaginando, la causa fue el gerente. Dicen que se involucró con él y una vez que ya se hartó lo despidió sin más.

-No puede ser…

-Es terrible…

Los murmullos de desaprobación no se dejaron esperar y Jonghyun parecía bastante satisfecho pero aún tenía más. Cuando Changmin notó que iba a continuar, ya no está dispuesto a seguir soportándolo.
Y cuando ve que se inclina de nuevo para decir otra estupidez, Changmin se pone de pie y dice fuerte y claro.

-Ya basta, es suficiente.

Esta vez todos quedaron más impresionados que con los chismes que estaban escuchando, pero claramente el más sorprendido era Jonghyun.

-No…

-Ya cállate de una vez y deja de decir esas mentiras. –Le dice Changmin, dejándolo con una cara de piedra.

Si algo caracterizaba a Changmin entre los demás empleados de la empresa era su amabilidad y buen carácter. Jamás lo habían visto así, por lo que el aludido no fue el único con la misma expresión.

Pero Jonghyun no se iba a quedar sin contestar.

-Yo no he inventado nada, es la verdad.

-Sí claro, como todos los chismes que has estado esparciendo por ahí desde que llegaste.

Ahora todos con la boca abierta miraban uno y a otro, como si estuvieran viendo un partido de tenis, ya que Jonghyun también se había puesto de pie al oír esto último.

-¿Qué te pasa?, yo no soy un…

-Oh, por favor, ni siquiera termines esa frase.

-Realmente no sé por qué me estás hablando así.

-¿No lo sabes?, pues te lo diré, has estado haciendo esto desde hace tiempo pero nunca había tenido la mala suerte de escucharte, pero esta vez estás frente mío hablando de una persona que sólo ha venido para hacer crecer esta empresa y ayudarnos a todos.

-No me hagas reír, es sólo un hijito de papá.

Changmin que había relajado un poco los puños ahora los volvió a apretar con todas sus fuerzas e inconscientemente da unos pasos amenazantes hacia el otro hombre. Para nadie pasa desapercibido esto y el otro hombre como signo de defensa retrocede un par de pasos. No era tonto, Changmin era mucho más alto y más musculoso que él y no iba a arriesgarse a recibir un golpe de ese hombre.
El único que actúa es Junsu quien muy asustado, ya que como el resto nunca había visto a su amigo de esa forma, se le acerca rápidamente e intenta sacarlo del lugar. Al principio le cuesta mucho, ya que Changmin no se quería mover antes de propinarle un buen golpe de puño al chismoso ese, pero finalmente lo consigue a la fuerza, casi arrastrándolo.

Cuando están solos en la cabaña de Changmin, Junsu por fin logra verlo algo más calmado.

-¿Cómo se te ocurre hacer eso? –Le pregunta Junsu aún muy incrédulo.

-Yo no hice nada, el muy maldito comenzó a decir tonterías, alguien tenía que detenerlo.

-¿Qué no te das cuenta que lo más seguro es que ahora tú serás su tema de conversación?, van a comenzar a preguntarse porque defiendes al gerente de esa forma.

-Eso no me importa, no pude resistir que hablara mal de él. –Dice Changmin ahora en voz baja.

-Pero Changmin… ¿porque lo defiendes tanto?, no sabes si es... –No pudo terminar, porque si las miradas mataran, él estaría ahora tendido en el suelo, sin vida.

Esta vez Changmin cree haber escuchado mal y sólo puede mirarlo amenazadoramente. –No puedes hablar en serio.

-Changmin, tienes que aceptar que no lo conoces como para poner tus manos al fuego por él.

-¿Qué no lo conozco?, yo…  -Changmin no pudo terminar, no porque no estuviera seguro de lo que estaba diciendo, sino porque no podía creer lo que su amigo estaba diciendo. –Lo conozco y te puedo jurar que lo que dicen es mentira. –Le dice finalmente, apretando sus puños inconscientemente otra vez.

-Changmin piensa un poco, no puedes negar que lo que hizo contigo es un signo sospechoso.

-¿Lo que hizo conmigo?

-Ya sabes…

-¿Estás insinuando que me sedujo?

-Es lo que dicen que hace. –Insistió Junsu, quien no sabía porque lo estaba haciendo. Su amigo no parecía querer entender su punto de vista. Y era obvio que en las condiciones en que se encontraba ahora, no lo iba a escuchar.

-Junsu, tú no puedes estar diciéndome esto. –Le dice Changmin, descolocando a Junsu por completo. Changmin ahora no parecía molesto, sino más bien decepcionado y Junsu se sintió mil veces peor que antes.

-Sé que crees que fue especial, pero… -Junsu iba a insistir, pero Changmin ya había tenido suficiente por esa noche.

-Ya basta, no quiero escucharte, sólo déjame solo, por favor. –Termina por decirle Changmin, mientras se acerca a la puerta para abrirla y que su amigo se vaya pronto, antes de que pierda la paciencia nuevamente.

Junsu con un suspiro de derrota se marcha no sin antes darle unas palmadas en su espalda y dirigirle una sonrisa.

Cuando Changmin por fin está solo, se deja caer en su cama y se cubre los ojos con una mano. No podía creer que la gente pudiera ser tan cruel y esparcir tantas mentiras sobre personas que apenas conocían, pero más le dolía que su propio amigo no creyera en su palabra y considerara que esos rumores venenosos pudieran ser verdad.

De repente siente que en esa pequeña cabaña no puede respirar lo suficiente y necesita aire fresco de manera urgente, por lo que sale rápidamente para poder respirar con propiedad.

Camina sin detenerse y sin dirección. Se siente un poco mejor ahora, pero no quiere volver y encontrarse con algún estúpido. En estos momentos todos los demás le parecían eso. Estaba seguro que no todos creían los rumores, pero aun así nadie dijo nada para apoyarlo y hacer callar a ese bastardo. Cuando lo recordaba sentía su sangre hervir y sus puños volvían a la vida.

Un movimiento hace que se detenga y su atención sea dirigida a una figura solitaria que se encontraba sentada en una reja de madera. Se da cuenta que está cerca de las cabañas nuevamente y piensa que puede ser uno de esos estúpidos y se acerca no sabe muy bien porque, quizás quiera seguir peleando, pero no lo tiene claro.

Cuando está lo suficientemente cerca para distinguir quien es, sus pasos son detenidos abruptamente quedando paralizado en su sitio.

Jaejoong se da cuenta de una presencia cuando siente una mirada profunda sobre él. Al observarlo no puede retirar su vista y se queda mirándolo de la misma forma que el otro hombre lo hace, con sorpresa y algo más. El primero en reaccionar es el hombre sentado.

-¿Qué haces aquí?

-Estaba… paseando. –Contesta Changmin nervioso, pero rápidamente.

Jaejoong sólo asiente y vuelve a mirar el vacío, cómo lo estaba haciendo hace un momento. Changmin ve una botella de licor en el suelo, con la mitad de su contenido y se preocupa de inmediato, el hombre parecía muy triste y unos deseos increíbles de subirle el ánimo se apoderaron de él. Así que se acerca con paso firme y se sienta a su lado.

-Y tú… ¿qué estás haciendo aquí?

-Sólo quería un poco de aire fresco, es un lindo lugar.

-Sí, lo es, mañana queremos conocer una cascada de la que nos hablaron y la playa, tienes que venir con nosotros.

Jaejoong se voltea para mirarlo con una media sonrisa. –Tienes que estar bromeando.

Changmin sorprendido también lo mira. –Claro que no, ¿por qué me dices eso?

-Porque nadie quiere que yo esté ahí. Soy el jefe. –Dice con cierta amargura en su voz.

-Eso no es cierto, es verdad que al principio es raro, pero después cuando todos te conozcan de verdad, lo pasaremos muy bien.

-¿Me conozcan?

-Sí, estoy seguro. –Le contesta Changmin con una sonrisa.

-Tú… ¿crees que me conoces? –Le pregunta Jaejoong con una sonrisa amarga, que a Changmin no le gusta para nada

-Es la segunda vez que me preguntan eso hoy día –Y antes de que Jaejoong le preguntara de que estaba hablando continuó. –Sí, lo creo, te conozco lo suficiente para decir que cuando todos te conozcan aunque sea por unas horas en un ambiente como este, les agradaras mucho. Estoy seguro. –Termina Changmin de decirle con una enorme sonrisa.

Jaejoong por un segundo es contagiado por esta, pero pronto la pequeña sonrisa que se estaba formando en su rostro es reemplazada por una expresión de incredulidad.

-No soy ni capaz de agradarle a mis colegas… estoy seguro que todos serán amables conmigo, pero no le agradare a nadie. No quiero estropear su día… sólo disfrútenlo como lo merecen. Gracias de todas formas.

Jaejoong volvió a mirar al vacío después de hablar y con un suspiro dio a entender que quería estar solo. Pero no sabía que el deseo de hacer sonreír al hombre por parte de Changmin era tan grande como los deseos que tenía de abrazarlo y besarlo en estos momentos. Quería borrar esa mirada tan triste que el otro hombre no podía ocultar, ni siquiera mirando para otro lado. Changmin la podía percibir sin siquiera mirarlo.

-Pues entonces hagamos una apuesta. -Dijo Changmin de repente.

-¿Qué?

-Eso, una apuesta, apuesto a que les agradas a todos.

-Eso es…

-Pero no tienes que hacer trampa, nada de portarte mal a propósito, tienes que ser tú todo el paseo de mañana y me lo tienes que prometer. –Le dice Changmin con una gran sonrisa poniéndose de pie y estirando la mano.

Ahora la sonrisa que comienza a formarse en el rostro de Jaejoong no puede ser reemplazada fácilmente y finalmente se deja contagiar por la del otro hombre. Toma la mano de Changmin fuertemente e incluso ríe cuando el otro también lo hace.

Luego de que las risas se detienen, se quedan tomados de la mano por más tiempo. Ninguno quiere soltarse, porque habían extrañado el contacto demasiado como para desaprovechar esta oportunidad. El primero en soltarse es Changmin quien comenzó a sentir su corazón alocado y sabía que pronto sus manos comenzarían a sudar. Con una sonrisa nerviosa se queda en el lugar mirando al suelo.

-¿Y qué vamos a apostar? –Pregunta Jaejoong cuando siente que puede hablar normalmente. También estaba muy nervioso.

Changmin lo mira, sin saber que contestar. No había pensado en eso. –No lo sé. –Contesta honestamente.

Jaejoong vuelve a reír y esta vez es él quien contagia a Changmin.

-Pues tengo una idea. Pensémoslo hasta mañana y cuando sepamos el resultado lo diremos. –Dice Changmin.

-Está bien. –Contesta Jaejoong, quien ahora no deja de sonreír.

Changmin se da cuenta que se tiene que ir pronto si quiere evitar quedar como un tonto. Ya que ahora los deseos de abrazarlo y besarlo se habían multiplicado. Cómo le pasó aquella noche o en la oficina de Jaejoong dónde la atracción se hizo insoportable en ocasiones y pronto cometería una locura, si no se largaba pronto.

-Ya es tarde… me voy a dormir. –Dice en modo de despedida.

-Que descanses. –Le dice Jaejoong.

-Tú igual. –Y Changmin se va lo más rápido que puede.

Jaejoong no pierde la sonrisa en ningún momento, mientras lo ve alejarse. Cuando decide ir a dormir también, ve la botella a sus pies. La toma, retira la tapa y voltea el contenido en el suelo.

Esta noche no, pensó. Esta noche no quería olvidar. 


4 comentarios:

  1. Jae se esfuerza mucho en tratar de que todos sean iguales en la empresa, que buen jefe, aaah me dieron ganas de trabajar con el.
    Contratame Jae, voy a ser super proactiva jajajaja.
    Pero sus subordinados/colegas bien malagradecidos...
    A mi tambien me ha sorprendido Junsu, con eso de andar escuchando rumores, ni siquiera es eso sino el hecho de que los crea, porque practicamente los cree
    ¿Que irán a apostar? uuu sorprendenos AllMiel

    Gracias poe el cap.
    atte. Alexi

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias a ti ^^ Ya está arriba el siguiente, espero te guste también, ya pronto habrá más amor entre estos dos :) Saludos!

      Borrar
  2. Me gusta demasiado esta historia!! que genial que se acercaron de nuevo, también quiero saber quienes son los que están esparciendo rumores y quieren perjudicar a nuestro jae :( Graciassss por compartir!!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias a ti! ya está la actualización, espero te siga gustando esta historia y las otras también. Saludos!

      Borrar

 
All Miel Fanfics. © 2012 | Designed by Bubble Shooter, in collaboration with Reseller Hosting , Forum Jual Beli and Business Solutions